De los distintos ajos-blancos que suelo hacer uno de los que más me gusta es el de brevas, una fruta que le va estupendamente a este plato, servido bien frío es muy nutritivo y refrescante
Ingredientes:
100 gramos de almendras con piel.
30 - 40 gramos de pan blanco del día anterior.
1 diente de ajo, pelado y picadito.
Unos 75 mililitros de aceite de oliva virgen extra.
2 cucharadas de vinagre de jerez.
Sal al gusto.
Para acompañar:
Brevas peladas y troceadas.
Preparación:
El pan duro lo dejamos en remojo en un cuenco con agua fría, pasados unos 20 minutos escurrimos ligeramente.
Para quitarle la piel a las almendras las escaldamos, colocamos un cazo pequeño con agua en el fuego y cuando empiece a hervir añadimos las almendras, les damos un hervor durante 2 - 3 minutos (lo suficiente para poder pelarlas sin problemas), retiramos el cazo del fuego, escurrimos el agua caliente, enfriamos con agua fría, escurrimos y pelamos.
Ponemos en la vaso de la batidora la miga de pan, las almendras peladas, el ajo picadito, la sal, el vinagre, batimos al mismo tiempo que añadimos el aceite poco a poco, a modo de hilito y sin dejar de batir, nos tiene que quedar una textura parecida a la mayonesa, vertemos en un cuenco, tapamos y guardamos 2 horas en el frigorífico.
Cuando el ajo-blanco esté frío añadimos agua muy, muy fría a nuestro gusto, poco a poco y removiendo, necesitaremos unos 150 mililitros más o menos, servimos en cuencos individuales, añadimos unos trozos de brevas y unas gotas de aceite de oliva virgen extra por encima.
Notas:
Podemos tomar el ajo-blanco como una sopa fría, más espesa o añadir más cantidad de agua para que quede como un gazpacho, más líquido, en este caso serviremos en vaso de tubo.
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