Esta salsa de aguacate, de origen mexicano, está muy rica con huevos cocidos, también va bien con pescado cocido o como salsa mojo, tiene una textura y un sabor suave y el jengibre le aporta un toque diferente del guacamole que suelo hacer siempre, cuya receta está aquí.
Ingredientes:
2 aguacates grandes, maduros.
2 cucharadas soperas de zumo de limón.
1 cebolla mediana, picadita.
Un pellizco de cayena molida.
Un pellizco de jengibre molido.
Sal y pimienta negra recién molida.
4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Cortamos los aguacates por la mitad a lo largo y quitamos los huesos.
Sacamos la pulpa con una cuchara y reducimos a puré con el zumo de limón y la cebolla picadita, con la batidora, hasta que quede una salsa suave.
Pasamos el puré por el colador chino a un cuenco y añadimos la cayena, el jengibre, la sal y la pimienta, mezclamos y añadimos el aceite de oliva poco a poco hasta que tenga la consistencia de una mayonesa, rectificamos de sal y dejamos enfriar en el frigorífico hasta el momento de servir.
Notas:
Cuando el guacamole esté listo, ponemos dentro el hueso del propio aguacate, para que la salsa no se ennegrezca por la oxidación hasta su consumo.
Si nos gusta la textura del guacamole quede más gruesa no tenemos que pasarla por el colador chino, la dejamos tal cual, yo la suelo dejar sin pasar porque nos gusta más, así es como aparece en la foto, de la otra forma nos queda una salsa más lisa, ya depende del gusto de cada uno.