Al gazpacho de tomate de toda la vida le he añadido un puñado de fresas y el sabor cambia por completo, también podemos prepararlo con cerezas, sandía o granada, cualquiera de estas frutas le aportará vitaminas y un sabor muy suave, si lo tomamos bien frío nos hidrata y nos ayuda a combatir el calor, para que resulte más práctico los guardo en el frigorífico en botes pequeños de cristal con tapa, así están listos para tomar en cualquier momento
Ingredientes:
800 gramos de tomates pera maduros, pelados y cortados en cuartos.
125 gramos de fresas maduras, lavadas y troceadas.
25 gramos de pan blanco del día anterior, remojado en agua y escurrido.
1 diente pequeño de ajo, pelado y entero.
2 - 3 cucharadas soperas de vinagre balsámico de Módena o de vino blanco.
50 mililitros de aceite de oliva virgen extra.
Sal.
Unos 300 mililitros de agua fría.
Preparación:
En el vaso de la batidora echamos el pan escurrido, el ajo pelado entero, los tomates pelados en cuartos, las fresas troceadas, la sal y el vinagre, trituramos un poco y vamos añadiendo -a modo de hilito- el resto de aceite al tiempo que seguimos batiendo hasta conseguir una crema homogénea.
Añadimos agua fría a nuestro gusto hasta obtener la consistencia deseada, más líquida o más espesa, según nuestras preferencias, yo suelo dejarlo bastante líquido, como un zumo.
Guardar en el frigorífico hasta su consumo y servir bien frío.
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