Unas croquetas que se toman calentitas porque son de puré de patata, he rebozado la mitad en pan rallado y la otra mitad en almendra laminada, sirven para acompañar pescados al horno, asados de caza, rosbif y otros muchos platos, por supuesto solas también se pueden comer
Ingredientes:
750 gramos de patatas harinosas (que sean buenas para cocer).
2 cucharadas soperas de aceite de oliva o de mantequilla.
1 huevo.
1 cucharadita -de las de té- de sal.
1 buen pellizco de macis o nuez moscada recién rallada.
4 cucharadas rasas de harina de espelta o de trigo, mejor tamizada.
Para rebozar:
Harina.
1 huevo.
1 cucharada sopera de agua.
Pan rallado.
Almendras crudas, peladas y cortadas en láminas ni muy finas ni muy gruesas en cantidad suficiente para rebozar la mitad de las croquetas.
Para freír:
Aceite de oliva.
2 cucharadas soperas de aceite de oliva o de mantequilla.
1 huevo.
1 cucharadita -de las de té- de sal.
1 buen pellizco de macis o nuez moscada recién rallada.
4 cucharadas rasas de harina de espelta o de trigo, mejor tamizada.
Para rebozar:
Harina.
1 huevo.
1 cucharada sopera de agua.
Pan rallado.
Almendras crudas, peladas y cortadas en láminas ni muy finas ni muy gruesas en cantidad suficiente para rebozar la mitad de las croquetas.
Para freír:
Aceite de oliva.
Preparación:
Cepillamos las patatas bajo el chorro del agua fría hasta que la piel esté bien limpia.
Ponemos una olla con agua en el fuego a temperatura media, cuando empiece a hervir añadimos las patatas y dejamos cocer tapadas durante 25 - 30 minutos o hasta que estén tiernas.
Escurrimos sobre un colador y dejamos un par de minutos para que suelten el vapor y no quemen al quitarles la piel.
Una vez peladas, las hacemos puré con la ayuda de un pasapurés.
Esparcimos la mantequilla en forma de copos sobre el puré, añadimos el huevo y mezclamos hasta que esté bien integrado en el puré, añadimos la sal, la nuez moscada y la harina, mezclamos bien, empezamos a formar croquetas y vamos dejándolas en una fuente hasta acabar con toda la masa.
Echamos el huevo en un cuenco, añadimos una cucharada sopera de agua y batimos con energía.
Pasamos las croquetas por la harina, luego por el huevo y por último, rebozamos la mitad de las croquetas por pan rallado y la otra mitad por las láminas de almendra.
En una sartén mediana puesta en el fuego con abundante aceite, cuando esté bien caliente echamos una tanda pequeña de croquetas y freímos hasta que estén doraditas, retiramos a una fuente con papel absorbente y repetimos la operación hasta acabar con todas las croquetas y servimos enseguida.
Notas:
Es mejor freír primero las croquetas rebozadas en almendra y las de pan rallado después.
La gracia de estas croquetas es tomarlas recién hechas, bien calientes.
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