Las cerezas van rebozadas en una pasta para después freírlas en aceite de oliva, se espolvorean con azúcar y chocolate rallado, se toman calientes y es un postre con fruta sencillo y exquisito
Ingredientes (para 4 - 5 personas):
1 kg. de cerezas maduras, preferentemente con rabito.
Aceite de oliva suave para freír.
Un poco de xilitol/azúcar de abedul o de azúcar vainillado para espolvorear.
Chocolate negro sin azúcar rallado fino para espolvorear.
Para la pasta:
100 g. de harina de trigo.
Un pellizco de sal.
1 huevo a temperatura ambiente, ligeramente batido.
150 mililitros de leche a temperatura ambiente.
2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.
1 cucharada sopera de xilitol/azúcar de abedul o de azúcar integral.
Preparación:
Lavamos y secamos con cuidado las cerezas.
Lo ideal es utilizar cerezas de las que van 2 o 3 unidas por el rabito.
Pero podemos utilizar cualquier cereza, incluso sin rabito.
Preparamos la pasta: echamos en un cuenco bastante grande la harina tamizada, añadimos un pellizco de sal, mezclamos y hacemos un volcán en el centro con la harina, añadimos el huevo batido y un poco de leche y removemos, llevando poco a poco la harina de los lados hacia el centro, hasta que la mezcla parezca nata espesa.
Añadimos el aceite a la pasta y batimos con varillas, luego incorporamos, sin dejar de batir, el resto de leche y el xilitol o azúcar integral, seguimos batiendo hasta que tengamos una pasta suave.
Calentamos en una sartén honda abundante aceite de oliva a 200º C. (cuando un trocito de pan duro se tueste en 40 segundos).
Calentamos el horno a 100º C. (vamos a conservar las cerezas calientes dentro del horno hasta que terminemos de freírlas todas, este paso es opcional).
Colgamos 4 racimos de cerezas, un poco separados entre sí, de un pincho largo, mojamos las cerezas en la pasta, bañandolas bien, después las freímos en el aceite caliente, sin que toquen la sartén, es decir, las mantenemos colgadas sobre el aceite mientras se fríen, se hacen en un momento, cuando estén doraditas las retiramos y las dejamos en una fuente refractaria con papel absorbente arrugado, guardamos en el horno, repetimos el proceso hasta freír todas las cerezas.
Las cerezas sin rabo las podemos pasar por la pasta antes de freírlas, pero utilizaremos una espumadera para sacarlas del aceite una vez fritas.
Una vez tengamos todas las cerezas fritas, espolvoreamos con el xilitol o azúcar vainillado, rallamos un poco de chocolate negro por encima y servimos enseguida.
Notas:
Tendremos cuidado de no quemarnos al comer la cereza porque el hueso conserva muy bien el calor y
puede estar caliente, hay que tomarlas con cuidado.
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