Estas frutas secas van maceradas durante una semana en agua de azahar, agua de rosas y azúcar integral, de esta manera la fruta queda dulce, suculenta y encierra todo el exotismo de Oriente, y puede escurrirse y comerse sola, pero también puede servirse de postre, acompañada de nata agria batida con ralladura de naranja o limón y canela, o tomarla con yogur natural o kéfir
Ingredientes (para 4 - 5 personas):
150 g. de albaricoques (orejones) secos.
100 g. de frutas secas variadas (fresas, arándano rojo y azul, cerezas).
50 g. de ciruelas pasas sin hueso.
50 g. de pasas sultanas.
50 g. de almendras crudas peladas y partidas por la mitad.
25 g. de piñones crudos.
50 g. de azúcar integral de caña.
1/2 cucharada sopera de agua de azahar.
1/2 cucharada sopera de agua de rosas.
Para servir de postre:
Kéfir.
Semillas de amapola.
Flores de romero.
Hojitas de menta.
Preparación:
Preparamos un tarro grande con tapadera hermética.
Mezclamos en un vaso el agua de azahar y el agua de rosas.
Colocamos la fruta a capas en el tarro, albaricoques, fruta seca variada, ciruelas pasas y pasas sultanas, distribuyendo sobre cada capa almendras, piñones, azúcar integral y unas gotas de ambas aguas (azahar y rosas).
Cuando hayamos dispuesto toda la fruta en el tarro, regamos con agua fría suficiente que la cubra, necesitaremos entre 300 - 350 ml. (algo más de un vaso).
Cerramos bien el tarro y dejamos en lugar claro y soleado, al menos una semana, mientras el almíbar se oscurece y espesa. Pasado este tiempo la fruta macerada estará lista para tomar.
He servido la fruta macerada con kéfir, semillas de amapola, unas florecillas de romero y he decorado con hojitas de menta.
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