El ajoblanco es un riquísimo plato típico de la gastronomía malagueña y de algunas otras zonas de Andalucia, se prepara con almendras, un poco de pan blanco del día anterior, ajo, aceite y vinagre, si además le añadimos un poco de mango fresco se convierte en una delicia, bien frío es ideal para tomar en verano acompañado de un plato de pescado
Ingredientes:
100 gramos de almendras con piel.
50 gramos de pan blanco del día anterior.
1 diente de ajo pelado.
75 mililitros de aceite de oliva virgen extra.
1-2 cucharadas de vinagre de jerez.
Sal al gusto.
1/2 mango maduro, sin piel y troceado.
Para decorar:
Almendras picadas, pasas sultanas, mango deshidratado y aceite de mango.
Preparación:
El pan duro lo dejamos en remojo en un cuenco con agua.
Para quitarle la piel a las almendras las escaldamos, para ello colocamos un cazo pequeño con agua en el fuego, cuando empiece a hervir añadimos las almendras y les damos un hervor de un par de minutos (lo suficiente para poder pelarlas sin problemas), retiramos el cazo del fuego, escurrimos el agua caliente, enfriamos con agua fría, escurrimos y pelamos.
Ponemos en la vaso de la batidora la miga de pan ligeramente escurrida, las almendras peladas, el ajo, el mango, la sal, el vinagre y batimos un poco, añadimos el aceite poco a poco sin dejar de batir, nos tiene que quedar con una textura parecida a una mayonesa.
Vertemos el ajoblanco en un cuenco, tapamos con un plato o un poco de papel film y lo guardamos dos horas en el frigorífico, cuando vayamos a tomarlo añadimos poco a poco agua bien fría a nuestro gusto, unos 150-200 mililitros más o menos, removemos, servimos en cuencos individuales y acompañamos con almendras fileteadas, pasas sultanas, mango deshidratado y un poco de aceite de mango por encima.
Podemos tomar el ajoblanco en un cuenco como una sopa fría -más espeso- o añadir más agua para que quede como un gazpacho -más líquido- y se sirve bien frío en un vaso de tubo alto.
Notas:
El aceite de mango lo he preparado batiendo 50 mililitros de aceite con un trozo de mango, lo he dejado reposar un rato y luego lo he colado con un colador de tela.
Antiguamente este plato se hacía con harina de habas o con habas secas remojadas en agua en lugar de almendras.
Las almendras con su piel son ideales para hacer esta receta, escaldamos y quitamos la piel mejor que utilizar almendras de las que ya están peladas porque son más secas, si disponemos de almendras peladas las pondremos un rato a remojo con un poco de agua para que se hidraten un poco.
El ajoblanco se suele servir acompañado de melón cortado en trozos pequeños o de uvas, de las dos formas está muy rico.
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