Es una pena que sea tan difícil conseguir flores de calabacín, son delicadas y se estropean fácilmente, pero comerlas son una autentica delicia, las compro -menos de lo que me gustaría- en un mercado de agricultores de Coín, en Málaga
Ingredientes:
10-12 flores de calabacín.
Para la tempura:
50 gramos de harina de trigo tamizada.
Unos 150 mililitros de agua muy fría -más o menos-.
Sal.
Para freír:
Aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
En la limpieza de la flor tenemos que ser muy cuidadosos para que no se estropee, quitamos el pedúnculo del interior, cortamos en 2-3 trozos y limpiamos por ambos lados con una gasa limpia ligeramente húmeda.
Ponemos una sartén con aceite de oliva en el fuego -a temperatura medio-alto-.
En un cuenco vertemos la harina, el agua y la sal, removemos con unas varillas de cocina.
Pasamos las flores de calabacín por la tempura y freímos cuando el aceite esté bien caliente, cuando tengan un color dorado retiramos de la sartén con ayuda de una espumadera y dejamos en una fuente con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Freímos en tandas pequeñas hasta terminarlas todas y servimos enseguida.
Notas:
Esta tempura es muy ligera porque lleva menos cantidad de harina de la que necesitamos realmente, pero me gusta más el resultado final de la fritura.
Lo ideal es tener el agua un rato en el congelador para que esté bien fría y sacarla justo en el momento de la preparación.
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